Encuentro con Pepe Menéndez, de Horitzó 2020

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Bastante temprano, en nuestro último día de Barcelona, nos encontramos con Josep (Pepe) Menéndez. Pepe ha sido director de distintos institutos (secundarias) en Barcelona que forman parte de la red de escuelas que gestionan los jesuitas aquí.
Hoy es parte del equipo que gestiona un proyecto de innovación educativa que se llama, en catalán, Horitzo 2020. Porque es importante destacar que es una experiencia que es impulsada realmente por un equipo que, a la vez, coordina una red de escuelas muy dinámica.
La red, por su parte, forma parte también de la iniciativa de «Escola Nova 21», que hemos presentado en otros posteos en nuestra web.

Desde hace unos años, Horitzó2020 se ha animado a producir cambios en los Institutos educativos. Con un gran protagonismo de los equipos de maestros de sus escuelas, que son los verdaderos protagonistas de los cambios.  http://h2020.fje.edu/es/ 

Pepe está convencido de que no serán los gurúes externos los que nos llevarán al cambio, sin embargo reconoce el valor de las distintas miradas. «No alcanza con la que viene del mundo latino. También tenemos que conocer las miradas anglosajonas, que son más analíticas», nos dice.

A su vez, nos menciona que hace falta mucha investigación en educación ya que las universidades nos dicen que «no hay instrumentos de evaluación adecuados para medir lo que ustedes se proponen y nos requieren medir».

Valora las pruebas PISA, «porque nos han hecho ver la importancia de la evaluación» pero llama la atención de que muchos terminan enseñando para lograr resultados y no para profundizar los procesos de aprendizaje de los estudiantes.

Nos cuenta que, a principio del último año lectivo, algunos padres «protestaron» porque no había más cupos para anotar a sus hijos en escuelas innovadoras en Catalunya… Lo que demuestra que la sociedad ha comenzado a valorar los cambios que están produciendo algunas escuelas.

También comparte con nosotros los cuatro criterios que orientan a las escuelas que están buscan innovar. Al respecto nos dice que estas son Escuelas que:
– hayan actuado sobre el curriculum (recortarlo un 25% como mínimo, en la experiencia catalana) Trabajar por proyectos, al menos en el 65% del tiempo escolar.
– hayan dado una nueva organización de la agrupación de alumnos. Juntar «grupos-clase». Más alumnos en la clase
– Organización de la agrupación de profesores. (profesores de distintas disciplinas que acompañan a los alumnos en grupos mayores, trabajando juntos
– Modificar los espacios. Aulas más amplias en donde trabajen grupos más grandes.

«No hay cambios posibles sin un fuerte compromiso del equipo directivo de la escuela», nos comparte con mucha convicción que surge de la experiencia de todos estos años. Y no se trata de querer «lavar la cara de la escuela» sino de hacer un cambio profundo, de fondo. «Transformar» diríamos nosotros.

La charla fue muy interesante. Mucho para compartir. Lo invitamos a nuestro encuentro de octubre. Esperamos tenerlo con nosotros para aprender más de esta experiencia que se ha animado a cambiar y está queriendo aprender de los cambios. Por supuesto que al cambiar se cometen algunos errores, pero como dice Pepe, algunos profesores le han confiado: «nunca imaginé que hubiese posible trabajar de esta manera… ahora que lo sé, para mí no hay vuelta atrás…» Un verdadero triunfo de estos procesos de cambio en escuelas que no son muy raras… pero van cambiando el rostro a la educación secundaria.

Gracias Pepe y gracias a todo el equipo que viene impulsando esta rica experiencia. Mucho para aprender.

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